CANTIN, AMÉLIE
Gabriel navega con sus aparejos marineros en un barco que parece de juguete y encuentra a lo lejos una isla que parece moverse. Es sorprendente, pero desde un barco las cosas se ven de otra forma que desde tierra firme. El colorido de las imágenes y la introducción de algunas canciones relacionadas con el mar hacen que el texto resulte muy adecuado para los primeros lectores que se enfrentan con la aventura de empezar a leer, tan arriesgada como la de aprender a navegar.