GARRIDO, MIGUEL
Tngo el gusto de presentar a Alvarito Díaz y a su doble conciencia (compuesta por un ángel regañon y un diablillo travieso). NUestro hérpe (aunque sería mejor llamarlo antihéroe) es un joven ingenuo, indeciso, serio, reflexivo, ateo y católico intermitente, según su estado de ánimo, y si bien comete actos indignos, se arrepiente y se desprecia profundamente por su causa. Sin buscarlo ni desearlo, tiene amores con señoras de más edad que la suya. Y como fondo de su vida vulgar, encontramos un irónico y hasta melancólico de la España provinciana de mediados del siglo veinte, dominada por la hipocresía, la flasa religiosidad, la estrechez de miras, el desaliento ante la falta de horizontes