Para seguir montándose en todos los tranvías y engañarnos creyendo que no viajamos solos, que nunca bajaremos en ninguna estación, ni siquiera en la última.
O simplemente para continuar preguntándonos, una vez más, por aquello definitivamente perdido para siempre.
Artículos relacionados
Vista previa: PEQUEÑO CUADERNO ESLOVACO. PREMIO DE POESÍA GONZÁLEZ DE LAMA 2018
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración.