¿Qué pasa cuando no sabes bailar pero necesitas hacerlo? ¿Qué pasa sientre vals y vals la sociedad te interrumpe o el mundo se para?¿Quépasa si no tienes con quién moverte al ritmo de la música? ¿Lo sigueshaciendo solo?
¿Y si la aguja está peligrosamente cerca del vinilo? ¿Y si el tocadiscos empieza a sonar?
Una vez empiece, ya no habrámarcha atrás, las luciérnagas iluminarán la pista y la melodíacomenzará a sonar invitándonos a unirnos a la fiesta.
Quizás lo que el destino separa pueda juntarse por la voluntad caprichosa de unacanción con ritmo lento que se ha quedado a medias, o quizás, el disco sigue girando sobre el tocadiscos una y otra vez, y ese vals, siempre será el vals que no bailamos.