Si te gusta la ciencia, o la ciencia ficción, la física, química, matemáticas, biología…, los libros de aventuras, la emoción de descubrir nuevos mundos. Andy Weir despliega un buen puñado de conocimientos científicos al servicio de una apasionante novela en la que alguien debe salvar el mundo y va a necesitar conocimiento y mucha imaginación para hacer frente al reto. Una nueva vuelta de tuerca a lo que ya consiguiera el autor con su exitosa novela El Marciano.
Hoy termino de leerlo y no tengo palabras porque el autor las ha utilizado todas, con puntería de poeta, en este librito prieto, condensado, que da voz al mariquita, dignidad al apestado, razones al revoltoso y más cosas que no atino a escribir porque no tengo palabras. Y vuela la novela en torno a lo más íntimo de un amor arrebatado, incierto y voraz de La Loca del Frente, que borda y canta enamorada de un joven con “boca de azucena mojada”, guardián de secretos en un Santiago de Chile aplastado por la dictadura.
En la faja del libro leí “Thriller” y, cuando había leído 80 páginas, apunto estuve de dejarlo, ¿esto es un thriller? Consta de tres partes y en la primera no encontré nada interesante, para cuando empecé la segunda ya andaba atando cabos. En la tercera no quería que nada me interrumpiese. El peso de la novela cae sobre la vida privada de tres mujeres, la tensión está oculta, late de fondo. El final es conmovedor.
[CUENTOS]
Este libro gordo de cuentos se me presenta como el tronco de una encina vieja en el que puedes apoyarte, subirte incluso. Un punto de referencia para no perderte cuando paseas por el bosque. Una guía para discernir entre lo que debiera de ser un cuento (según el canon) y lo que puede llegar ser.
Supongo que el oficio del narrador tiene que ver con saber contar las cosas, sea lo que sea, hacer atractivo el relato aunque sea de una ciudad de la que todos sabemos algo. Combinar en dosis perfectas la experiencia personal, la descripción del paisaje y los datos históricos de una urbe maravillosa. Provocar el anhelo de volver a pisar sus calles.