HEYES, ZACHARIAS
Extracto del Índice:
El sitio de Dios en mi casa. Caminando con Dios. Fuentes bíblicas. Jesús. Benito de Nursia. Francisco de Asís. Nicolás de Flüe. Madeleine Delbrêl.
En casa conmigo y con Dios. ¿En casa? Vivir en Dios. ?Sal al encuentro de tu Dios dentro de ti mismo?. ?Yo soy Iglesia?. Soy mi propio acompañante. EJERCICIOS: Abrázate. Mírate al espejo con benevolencia. Valora tu cuerpo. Da gracias a tu cuerpo. Diseña tu espacio vital.
Hacer silencio. EJERCICIOS: Sé consciente de tu respiración. Sal al campo. Camina descalzo.
Reconciliación con el pasado. EJERCICIO: Perdónate y perdona a los demás.
Asumir la propia responsabilidad y decidirse. EJERCICIOS: Anota tus roles y despídelos. Crea un collage. Sal de tu tierra.
Distinguir las voces. EJERCICIOS: Pon cara de insatisfacción. Da nombre a tu enfado. ¿Quién soy yo? Confía en tu corazón. Más amor, más libertad, más alegría, más paz. Aquella voz suave. Talentos y cualidades.
(Re) descubrir los sueños. EJERCICIOS: Di adiós a tu imagen. ¿Qué soñaste cuando eras niño? ¿Quién quieres ser?
El lenguaje olvidado de Dios con nosotros. EJERCICIOS: Escribe tus sueños. Conversa con tu sueño. Pinta tu sueño.
Después de un largo viaje o de un agobiante día de trabajo, nada se agradece más que volver a casa, sobre todo si está tranquila y ordenada. Allí, en la paz del hogar, nos encontramos seguros y podemos recibir las visitas de los amigos. En la vida espiritual ocurre igual. Cuando Jesús invitaba a sus discípulos a ver dónde vivía, con frecuencia los llevaba a un lugar tranquilo en el que podían descansar; también Él recurría muchas veces a la soledad para descansar con su Padre. Este libro, mediante unos sencillos ejercicios, nos invita a hacer ese itinerario de descubrimiento que nos mostrará caminos para cuidar el propio mundo interior y encontrarnos en él como en nuestra propia casa. Nos invita a encontrar un hogar en la amorosa relación con Dios, como hizo Jesús, y con ello a encontrar en nosotros mismos paz, hogar y seguridad para, al mismo tiempo, volver a descubrir y configurar nuestra dignidad como quien está inmerso en la vida de Dios.