La confrontación entre el poder y la Justicia, que subyace a lo largo de la narración, es una constante en la vida del genero humano, ya sea a nivel general de la sociedad, ya a niveles individuales.
Los que no somos nadie no tenemos más argumento de actuación que la justicia, es nuestro instrumento de supervivencia; los otros medran a la sombra del poder. La yuxtaposición entre aquéllos y éstos escenifica la ecuación Justicia poder.
Cada personaje se sitúa en el bando que le es consustancial y lucha denodadamente por sus convicciones o por sus intereses según quien-; en ello empeñan todos los medios de que disponen, sus armas.
¿Pero en qué consisten éstas para cada uno? ¿Cuál es la línea infranqueable para ambos? ¿Cuándo la Justicia deja de serlo y cuándo el poder se envilece y se hace abyecto y bastardo? ¿Son los jueces independientes o sucumben ante el poder?
En este enfrentamiento se libran innumerables batallas de resultado incierto y pudiera que la penúltima la ganáramos los que no somos nadie. Pero
¿y la guerra?