GASPAR, IGNACIO
El fuego más íntimo y personal que prendió la urgencia de Hortensia Évora y Venancio Tarifa en el mismo centro del paredón de Alejandría, fue el único instrumento de poder, con independencia e imaginación propias que sin modificar ni dividir su constitución, participó dentro y fuera del tiempo, de la totalidad del incendio que los sacrificó enamorados junto al rancho de Severa Martín, y quedó vivo, llama verde permanente -fuego de siempre- circulando por venas irreductibles de toda imaginación oculta, pendiente de otros imprevistos incendios futuros.